Hoje: Santa Teresa de Jesus...


Já se passaram 500 anos do nascimento desta mulher encantadora: Santa Teresa de Jesus (1515-1582). Viveu 67 anos de sonhos e realizações. Escrevia muito e bem dos seus amores meditados, escondidos e extasiados, e com um singelo bordão percorreu caminhos e fundações. Mulher incansável, doutora da Igreja

Forte interiormente, mas de saúde precária. Alguns dizem que era cardiopata e que, das dores que sentia, experimentava amores sublimes de alta mística. Dos sentidos passava, por pura graça, ao mistério divino e, dessa belezura radiante enchia de graça e formosura a vida diária de suas co-irmãs.

Perseguida e incompreendida não perdeu a esperança nem o amor. 

Por fim, como peregrina incansável enxergou o alvorecer de sua Páscoa. Suas últimas palavras: "Meu Senhor, é hora de seguir adiante... Seja feita Tua vontade. A hora que tanto esperei chegou. É hora de nos encontrarmos...

500 anos já se passaram: Teresa de Jesus e Jesus sempre de Teresa...

Eis o retrato que dela fez o Pe. Francisco Ribera (1537-1591), jesuíta e seu contemporâneo: 

Era Teresa de Jesús de muy buena estatura; y en su mocedad hermosa, y aún después de vieja, parecía harto bien; el cuerpo abultado y muy blanco; el rostro redondo y lleno, de muy buen tamaño y proporción; la color blanca y encarnada, y, cuando estaba en oración, se le encendía y se ponía hermosísimo, todo él limpio y apacible.

El cabello negro y crespo; frente ancha, igual y hermosa; las cejas de un color rubio que tiraba algo a negro, grandes y algo gruesas, no muy en arco, sino algo llanas. Los ojos negros y redondos y un poco papujados (que así los llaman y no sé cómo mejor declararme), no grandes, pero muy bien puestos, y vivos y graciosos, que, en riéndose, se reían todos, y mostraban alegría, y, por otra parte, muy graves, cuando ella quería mostrar en el rostro gravedad.

La nariz pequeña, y no muy levantada de en medio, tenía la punta redonda y un poco inclinada para abajo, las ventanas de ella arqueadas y pequeñas; la boca ni grande ni pequeña, el labio de arriba delgado y derecho, y el de abajo grueso y un poco caido, demuy buena gracia y color; los dientes muy buenos y la barbilla bien hecha; las orejas ni chicas ni grandes. La garganta, ancha y no alta, sino antes metida un poco; las manos pequeñas y muy lindas.

En la cara tenía tres lunares pequeños al lado izquierdo, que la daban mucha gracia; uno más abajo de la mitad de la nariz, otro entre la nariz y la boca, y el tercero, debajo de la boca. Toda junta parecía muy bien, y de buen aire en el andar, y era tan amable y apacible, que a todas las personas que la miraban, comunmente aplacía mucho.


0 comments:

Postar um comentário