El pasado 29 de octubre, después de unos años ocupando un rincón de la sacristía, por haberse desfigurado en un incendio, la imagen volvió a pasar por otra catástrofe, la de DANA, que, de nuevo, pudo superar: “Nos la encontramos flotando, junto al resto de objetos que había en el interior de la parroquia”, recuerda el sacerdote
"Yo quisiera sanear la talla y colocarla en un lugar preferente del templo", resuelve el párroco. “El Jesucristo olvidado tiene un mensaje profundo para todos los parroquianos y, por eso, a su lado pondremos un cartel con una reflexión que invite a la meditación y a entender el motivo por el que Jesucristo es rey del universo, por delante de líderes que un día están ahí y, al día siguiente, desaparecen”...
Desfigurado por el fuego y ahora por el fango la figura del Cristo desfigrado continua siendo un señal para todos. Nunca desfallecer pues el señor está siempre con nosotros.
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